Para los suizos es la ocasión de hacerse oír tras la inesperada eliminación de Astana en la ronda anterior, mientras que para Besiktas es la oportunidad de justificar su condición de favorito después de un doloroso adiós a la Europa League. En juego está la fase de grupos, por lo que no hay margen para errores.
El arranque en la Superliga suiza ha sido flojo: solo tres puntos en tres jornadas y muchas dudas defensivas. En la Copa superó a Vevey (2-1), aunque sin convencer. Su principal baza es el factor local y la confianza tras la gran sorpresa frente a Astana. En los últimos 10 partidos presenta cinco victorias y cinco derrotas, con un promedio de 2,1 goles por encuentro, pero encajando demasiados. En casa puede imponer ritmo, aunque su fragilidad atrás suele anular sus virtudes ofensivas.
El equipo de Ole Gunnar Solskjaer llega con presión añadida. Fue eliminado de la Europa League por Shakhtar Donetsk, pero en la Conference League pasó con solvencia a St. Patrick’s (7-3 en el global). En Turquía, sin embargo, se le exige constancia y espectáculo. En sus últimos 10 compromisos suma cinco victorias, un empate y cuatro derrotas, con una media de 2,1 goles a favor por partido, aunque la zaga sigue mostrando lagunas. Fuera de casa es irregular, pero su plantilla y el nivel individual de sus jugadores están muy por encima de los de Lausanne.
Se espera un choque con protagonismo ofensivo de ambos, pero también con errores defensivos. Lausanne-Sport intentará cerrarse y aprovechar despistes, mientras que Besiktas debería imponer su jerarquía y aprovechar la calidad de sus figuras. Lo más probable es un inicio equilibrado seguido de dominio turco.
